La panna cotta (nata cocida) es un postre típico italiano, rápido, sencillo, aparente y muy versátil con el que podrás deleitar a tus invitados y quedar como un campeón.
Aunque en la receta original se cocina la nata para que espese, en esta versión relámpago basta con añadir unas hojas de gelatina para mayor sencillez, y de paso, tomar algo extra de colágeno.
En cuanto a variaciones las que queráis. Cualquier ingrediente que añadas como base será bienvenido. A mi me vuelve loco la de café, a mi mujer la de mango, a los niños la de fresas… para gustos los colores.
Ingredientes:
400 ml de nata fresca (35% grasa)
Un cuenco de frutos rojos
1 mango pequeño (o medio grande)
Gelatina
En un cazo calentamos a fuego lento 200 ml de nata. Mientras tanto, batimos los frutos rojos e hidratamos las hojas de gelatina.
Añadimos los frutos y la gelatina al cazo y removemos hasta que se mezclen homogéneamente.
Ponemos la mezcla en un molde y enfriamos en la nevera hasta que cuaje. (Un par de horas)
Una vez solidificado repetimos el proceso con el puré de mango. Arañamos con un tenedor la superficie de la panna de frutos rojos para que la mezcla de mango tenga donde «agarrar» y la devolvemos a la nevera.
Si parpadeas no la pruebas. Bienvenidos al club.